Horacio Zeballos y su lugar como Top-3 mundial en dobles.
Por Marcelo Solari
El tenista Horacio Zeballos fue, a lo largo de 2019, no solamente uno de los deportistas marplatenses más destacados, sino también uno de los deportistas argentinos de rendimiento más relevante.
Logró situarse en el Top-3 mundial en su especialidad, el dobles, convirtiéndose en el primer “albiceleste” varón en lograrlo (Paola Suárez y Gisela Dulko fueron número uno y Gabriela Sabatini llegó al 3, como el zurdo del Edison Lawn Tenis).
A los 34 años, y lejos de conformarse, Zeballos le apunta a nuevos objetivos que explica en esta entrevista con LA CAPITAL.
Aunque no se plantea metas numéricas para restarse presión, vale una referencia. El marplatense ha ganado 13 títulos en dobles. Esa tabla histórica entre los tenistas argentinos la lidera otro hijo dilecto de Mar del Plata: Guillermo Vilas (16).
-No es la primera vez que te hacen esta pregunta, pero tus logros y tu evolución la hacen necesaria. ¿El año 2019 fue el mejor de tu carrera?
-Creo que lo posiciono como el mejor o el segundo mejor de mi carrera. Es posible que se equiparen, por un lado el singles, en 2013, cuando gané el ATP de Viña del Mar con la final a Rafael Nadal (N. del R.: además alcanzó su mejor puesto histórico en individuales, 39°). Y este 2019 lo considero el mejor de mi carrera como doblista, ahora en esta nueva etapa. Segramente ha sido un año muy importante en mi vida deportiva.
-¿Qué significa haber llegado al número 3 del mundo en dobles?
-Significa algo muy importante. Ahora estoy dedicado de lleno al doble, estoy focalizado en esta disciplina. Y llegar a ser uno de los mejores del mundo en algo que estás haciendo es tremendamente importante. Me llena de orgullo. No solamente por ser el primer argentino en la rama masculina en llegar al Top-3 en dobles, sino también como un logro personal. Estoy encantado de haber podido hacer lo que hice y ojalá pueda mantenerlo.
-Tuviste un muy buen entendimiento con otros varios compañeros doblistas. ¿En Marcel Granollers encontraste al complemento ideal?
-Marcel es un jugadorazo. Es muy completo y más que nada, tiene una vibra muy buena, muy positiva. Tiene una súper energía y más allá del resultado, está tirando para adelante siempre. Eso es lo más destacable que veo en él y es lo que más me gustó, más allá de lo gran jugador que es. Y afuera de la cancha nos llevamos muy bien también.
-¿Está previsto que vas a jugar todo el año 2020 con él?
-Sí, voy a jugar con él todo el año. Ojalá que se den los resultados y si no, como en el poco tiempo que jugamos juntos lo pasamos muy bien, eso también ayuda. Te entendés mejor, disfrutás más los triunfos y superás mejor los malos momentos.
-¿Cuáles son los objetivos para esta nueva temporada? ¿Entrar al Masters de dobles? ¿Ganar un título de Grand Slam? ¿Llegar al número uno en dobles? ¿Todos esos juntos?
-El objetivo para 2020 es tratar de seguir mejorando como jugador. Siento que estoy en una etapa que, en el dobles, todavía tengo cosas para evolucionar. Y eso, estar enfocado en tratar de mejorar tenísticamente, seguir disfrutando de la competencia, seguir disfrutando de los viajes, nos va a llevar indudablemente a tener buenos resultados. Es como una consecuencia lógica. No quiero ponerme un objetivo numérico, porque quizás eso me generaría más presión. Obviamente, una vez logrado algo tan significativo como ser número 3 del mundo, lo disfruto y lo festejo. Volví a Argentina y mi señora y mis hijos me estaban esperando con un cartelito y un globo con el número “3”. Es algo natural celebrar y ponerse bien por eso, pero creo que el objetivo es tratar de mejorar cosas que sobre las que yo pueda tener el control: mi tenis, mi alimentación, mi físico. Si esas cuestiones van por el camino correcto, es más probable que me lleve a los resultados que después pueda festejar.
-¿Qué tiene más valor? ¿Un título en un Masters 1000 o haber llegado a la final de un Grand Slam?
-Ambos trofeos y ambos torneos los disfruté un montón. Obviamente que ganar un título en un Masters 1000 es algo importantísimo y haber sido el mejor en esa semana es muy lindo. Pero una final de Grand Slam es fabulosa. Creo que los pondría en el mismo nivel.
-¿En cuánto te afectó no haber podido jugar en la nueva Copa Davis, con toda la ilusión que se había generado?
-No me afectó desde lo mental porque igualmente sentí que fui parte del equipo. De todos modos sentia que tenía cosas para dar, especialmente porque yo estaba pasando por un gran momento tenístico. Me hubiera encantando poder estar en la cancha frente a España, en el dobles de esa serie de cuartos de final contra Rafa (Nadal) y Marcel (Granollers).
Desde la parte tenística, los chicos que jugaron en lugar mío (N. del R.: Leonardo Mayer y Máximo González) lo hicieron de una manera increíble. Jugaron bárbaro. Fue un partidazo de muy alto nivel. Por ese lado me quedé tranquilo porque jugaron excelente y honestamente, no sé si hubiera habido diferencias si entraba yo a la cancha.
En la parte personal sí me quedé con ganas de jugar porque sentía que estaba jugando bárbaro y podía sumar para el equipo. A lo largo de la semana la pasamos genial. Formamos un gran equipo, con una muy sana y linda convivencia y me sentí muy bien, como parte integrante del grupo a pesar de que no pude competir. Y creo que ayudé bastante desde la parte táctica para el dobles.
-¿Cuál es tu valoración para este nuevo formato para la Copa Davis?
-Está bueno este nuevo formato. Me gusta. Para los jugadores está mejor porque quizás mentalmente no te desgasta tanto como cuando se jugaba a lo largo de todo el año. Por otro lado, llegás un poco más cansado, porque es la última etapa del año. Pero el otro sistema era más cansador desde lo mental. Seguramente haya cosas por mejorar, porque como fue la primera vez que se hizo, surgen detalles para pulir. Por ejemplo, el horario de los partidos. A nosotros no nos pasó. Pero hubo partidos que terminaron a las 2.30 o 3 de la mañana y eso es muy agotador. Pero eso seguramente se pueda perfeccionar y mejorar.
-¿Qué tan difícil resultó tener que decir a Machi González que ibas a continuar con otro “socio”?
-Se dio que él se lesionó y estuvo tres o cuatro meses afuera del calendario. Eso obviamente me obligó a buscar otro compañero. Y después, a medida que con Marcel nos fue bien y los resultados nos fueron acompañando, decidimos quedarnos así. “Machi” lo entendió, nos llevamos muy bien, somos amigos desde hace tiempo. Fue un momento difícil, pero también estamos acostumbrados en este deporte a jugar con otros compañeros, a tomar este tipo de decisiones. Y eso no afecta para nada la relación personal que tenemos.
-¿Competir en single ya quedó definitivamente atrás?
-Sí, el single ya quedó atrás. Ahora me focalicé en esta disciplina del dobles y doy el 100% en lo que hago. Ese siempre fue mi razonamiento y me pensamiento. Ya dí todo lo que podía dar en el single y ahora siento que tengo unos años más para dar mi 100% en el dobles. No me gustaría seguir para hacer algo a mitad de camino. No tendría sentido.
-¿Qué fue lo mejor del año 2019 para vos?
-Desde los tenístico, haber llegado al número 3 del mundo en dobles. Verlo ahí reflejado en el ranking fue un logro hermoso. Y que me estuvieran esperando en mi casa mi familia y mis amigos para festejarlo, más hermoso todavía.
-Los colombianos Juan Sebastián Cabal y Robert Farah pueden marcar una época como lo hicieron los hermanos Bryan?
-Sin dudas están pasando por un gran momento, forman una pareja muy completa y me pone contento por ellos y especialmente por el tenis sudamericano. Ojalá que esto impulse a más chicos a tratar de lograr llegar a jugar al tenis profesionalmente. Es difícil comparar con los Bryan, es como en el single comparar a alguien con Federer o Nadal. Los Bryan han logrado cosas únicas. Han ganado demasiado. Creo que tendría que aparecer una pareja muy joven para que pueda aspirar a ganar la gran cantidad de Grand Slams que han ganado y la cantidad de títulos de todo tipo. Yo no los compararía con nadie. Cabal-Farah y otras parejas pueden llegar a ser muy buenos pero los Bryan son gigantescos.